Si hemos hablado de la importancia del beso, lamer no debe quedar atrás: mezcla tu saliva con su sudor (en una habitación húmeda, es mucho más intenso), recorre la superficie de su piel, haciéndole saber […]
Si hemos hablado de la importancia del beso, lamer no debe quedar atrás: mezcla tu saliva con su sudor (en una habitación húmeda, es mucho más intenso), recorre la superficie de su piel, haciéndole saber […]