La clásica postura heterosexual (¿o quizás no tanto?) llevada al sexo homosexual pero con algunas variantes, ya que el ano no es tan accesible. En cualquier caso, favorece un contacto entre los amantes que permite que besos y abrazos sean mutuos, a la vez que se ve la cara del otro (añadiendo morbo a la situación).
Modelos: Vincenzo y Stefanuccio Moquette
El pasivo boca arriba, con las piernas entreabiertas, permite que el activo esté entre ellas, y lograr así una penetración que puede variar de poco a muy profunda, según el pasivo coloque sus piernas. El uso de un cojín bajo las lumbares puede ayudar al pasivo para que no sea muy forzada la posición y facilite el acceso del activo a la hora de penetrar.
Se consigue un ángulo ideal para la estimulación prostática del pasivo. Éste podrá mantener las piernas estiradas, o dobladas abrazando con ellas al activo, y si es hábil puede incluso marcarle el ritmo de las penetraciones empujándole con ellas hacia sí mismo.
Modelos: Vincenzo y Stefanuccio Moquette
La espalda del pasivo queda arqueada en esta posición, elevando el ano y permitiendo así una penetración más profunda, y tener distintas sensaciones, ya que la abertura anal también variará.
Modelos: Antonello y Antonio Lalista