Soy italiano. Residente en Gran Canaria pero italiano; por lo que, obviamente, me gusta estar informado sobre lo que ocurre en el país donde nací. Por fin en Italia la comunidad GLBT también ha logrado reconocimiento legal gracias a la aprobación de una ley que reconoce legalmente a las parejas homosexuales y la posibilidad de contraer uniones civiles.
No hay bodas, ni adopción para homosexuales, pero de todos modos es un hito importante para un país cuyos gobiernos, sin importar si de derechas o de izquierdas, han sido influidos por el Vaticano.
¿Una Italia entonces menos homofóbica?
Podríamos decir que no, considerando las agresiones que sufren los homosexuales todavía y teniendo en cuenta las declaraciones de políticos, manifestaciones sociales e instituciones contra los homosexuales.
Justo antes de la Marcha del Orgullo Gay en Roma, celebrado el pasado 11 de junio, la famosa Maison Fendi exigió a la Organización del Orgullo de Roma que retirara y destruyera todas las imágenes de la campaña publicitaria hecha para promover el desfile. La Maison se quejaba del «mal uso» de l a imagen del Palacio de la Civilización Italiana, presente en la promoción, afirmando Fendi ser la propietaria exclusiva de la imagen. Luego hubo una solución tardía, pero el daño ya estaba hecho.
Nada realmente grave en comparación con lo sucedido en Orlando. Justo el día antes la comunidad GLBT italiana había celebrado la nueva ley con un alegre y orgulloso desfile.
Terror, desesperación y una pregunta: ¿Será capaz la comunidad GLBT de vivir tranquilamente y sin molestias? ¿Se podrá erradicar el odio homofóbico del mundo?
Siendo pesimista creo que no, pero meditando un poco, la comunidad GLBT ha logrado en las últimas décadas importantes avances. Siendo optimismo quiero creer en un mundo en el que nadie sea asesinado por su orientación sexual.