Cuando el Nazismo llegó al poder, el mismo Hitler pensaba que mientras los gays fueran discretos no había que molestarlos.
Pero, tras “La Noche de los Cuchillos Largos”, fue eliminado el coronel Ernst Röhm, líder de las SA (también conocidos como Camisas Pardas), con gran poder en el partido y conocido homosexual.
Hitler, profundamente homófobo, tomó el poder con sus SS y comenzó la persecución a gran escala.
Decenas de miles fueron condenados y muchos ejecutados. En el partido, en el ejército, en la iglesia,…
Lo peor fue para aquellos enviados a los campos de concentración. Se calcula que sólo fueron unos 15.000, pero eran la casta más baja de los campos. Marcados con un triángulo rosa, realizaban los trabajos más duros, peligrosos y eran seleccionados para experimentos médicos. Dos tercios de ellos no sobrevivieron.
Tras la Guerra, se les negó el reconocimiento como víctimas del nazismo. Y no fue hasta 1985 que se admitió su persecución.
(El lesbianismo no fue perseguido al considerarlo un problema menor y de poca extensión).