Llega mayo, el mes de nuestro orgullo. Van a ser días intensos: fiesta y mucha marcha. Pero ¿qué sentido tiene? ¿Emborracharse y disfrutar? Hay muchos que no le encuentran sentido, ¿para qué?
Pues por todo lo que ha significado, por la gente que ha sufrido homofobia, y por quienes han luchado por conseguir los derechos que actualmente se ven con normalidad. Las más jóvenes casi desconocen ese pasado, y no tienen conciencia de su significado: creen que todo está conseguido. Pero aunque hay más visibilidad y más respeto, la homofobia sigue ahí, y el orgullo debe servirnos como recordatorio: por nuestros derechos y por la igualdad.
Todavía hay quien no puede disfrutar de esos derechos, de estas leyes, y quien a diario sufre discriminación y no puede vivir ni amar como desearía. No celebramos esto. Celebramos lo conseguido, y anunciamos a todo el mundo que sí se puede lograr.